Con este escenario y como es de esperar, el PIB per cápita también se encamina hacia un crecimiento, el más alto desde el último techo máximo alcanzado hace seis años. De acuerdo con los datos del BCP, se estima que el monto sea de US$ 6.788 (en dólares constantes), esto representa un crecimiento del 2,38% respecto al año pasado (US$ 6.630)
En el 2018, el PIB per cápita local fue de US$ 6.600 y los años consecutivos estuvieron por debajo de ese máximo. Específicamente en el 2019 cayó 1,79% (US$ 6.481) y para el 2020 (inicio de la pandemia) la reducción fue de casi el 4%, llegando a US$ 6.340.
Las proyecciones del ente regulador señalan que, tanto en el 2023 como en el 2024, el crecimiento del PIB per cápita respecto a la cifra del 2018 sería en torno al 0,45% y 2,85%.
UNA MIRADA REGIONAL
Si bien Paraguay es uno de los países que se destaca por su crecimiento sostenido a nivel de América Latina y el Caribe, el tamaño de su economía y, por ende, el PIB per cápita, se encuentra muy por debajo de los países que los rodean.
De acuerdo con las estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en Uruguay, Chile y Argentina este indicador se encuentra por entre US$ 13.800 y US$ 20.800; siendo estas las cifras más altas en América del Sur. Al otro extremo están Ecuador, Paraguay y Bolivia, con los montos más bajos (ver cuadro).
UN FOCO ESPECIAL
El Banco Mundial, en su informe Paraguay: Panorama General, había señalado que la alta vulnerabilidad de la economía paraguaya a fenómenos meteorológicos requiere especial foco.
“En el futuro se espera que eventos como sequías, inundaciones y tormentas sean más frecuentes e intensos debido al cambio climático, por lo que se necesitan cambios estructurales para aumentar la productividad y la capacidad de recuperación”
Para lograr esto, el organismo internacional refiere que es importante fortalecer la gobernanza y hacer cumplir las regulaciones, así como invertir en capital humano e infraestructura, especialmente para adaptarse al cambio climático y aprovechar las oportunidades de la transición hacia un crecimiento más sostenible.
“Para financiar estas y otras inversiones, Paraguay necesita movilizar los recursos suficientes de una manera justa y eficiente, mejorar la calidad del gasto público y mejorar las condiciones para atraer más inversión privada”, puntualiza.