Lima. La reciente edición del Festival Internacional de la Vendimia de Ica 2025 ha dejado un balance económico significativo para la región. La combinación de celebraciones tradicionales, gastronomía local y actividades turísticas atrajo a un gran número de visitantes, tanto nacionales como internacionales.
Según datos proporcionados por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), el evento generó un impacto económico de us$ 5,711 millones.
La Vendimia de Ica 2025, celebrada del 7 al 17 de marzo, bajo el lema «Volviendo al origen», resaltó la rica tradición y cultura de la región. La festividad no solo atrajo a amantes del vino, sino también a turistas interesados en las diversas actividades que Ica tiene para ofrecer.
Atracciones turísticas en Ica
El festival fue un punto de encuentro para turistas de diversas partes del mundo. El 86,3 % de los visitantes fueron peruanos, provenientes principalmente de Lima, Ayacucho y Arequipa. El 13,7 % restante fueron turistas internacionales, con una notable presencia de visitantes de España, México, Colombia, Chile y Francia.
El festival atrajo mayormente a un público masculino (64,4 %) y soltero (55,3 %), con una edad promedio de 37 años.
Más allá de las degustaciones de vino y los eventos musicales, los visitantes tuvieron la oportunidad de participar en una variedad de actividades turísticas. Los deportes de aventura, como los paseos en buggies y el sandboard en Huacachina, fueron particularmente populares. El entretenimiento y la diversión, así como las experiencias en la naturaleza y las actividades culturales, también atrajeron a un gran número de turistas.
Impacto económico
La afluencia de turistas generó ingresos significativos para los negocios locales, incluyendo hoteles, restaurantes y operadores turísticos. Además, el festival promovió la imagen de Ica como un destino turístico atractivo, lo que podría tener un impacto positivo a largo plazo en la industria turística de la región.
Gracias a estas actividades, el Festival de la Vendimia de Ica 2025 se impuso no solo como una celebración de la tradición vitivinícola, sino también como un impulsor del turismo y la economía de la región.
