(Lima, Perú) En una reciente conferencia organizada por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), José Carlos De Piérola, country manager de Perú-Ecuador para Environmental Resources Management (ERM), destacó el notable progreso en materia de regulación y responsabilidad ambiental por parte de los principales inversores en el sector minero del Perú.
De Piérola resaltó que países como Canadá, Estados Unidos, Suiza, Reino Unido y Australia, reconocidos por su avanzada normativa en riesgos climáticos y protección de la naturaleza, representan cerca del 50% de la cartera de proyectos mineros en Perú, lo que se traduce en aproximadamente us$ 26.500 millones.
Estos avances se alinean con el compromiso global hacia la mitigación del cambio climático. «El 29% de las minas que tenemos están localizadas en zonas de biodiversidad crítica», señaló De Piérola, enfatizando la importancia de estos minerales y el rol de Perú en el escenario global de la transición energética. Este punto se convierte en un desafío crucial, considerando que aún no se ha alcanzado el 10% de la capacidad necesaria para cumplir con los objetivos de emisiones netas cero para 2050 a nivel mundial.
La conferencia también dio lugar a discusiones sobre las iniciativas del International Financial Reporting Standards (IFRS), que impulsa marcos de recomendaciones como el TNFD y el TCFD, enfocados en la biodiversidad y el cambio climático, respectivamente. Este enfoque busca una apertura de información que mejore las decisiones de inversión y estimula a países como Perú a adoptar estas prácticas para enfrentar los retos ambientales.
Según De Piérola, la industria minera se encuentra ante una oportunidad única no solo para reducir riesgos en su operación sino para contribuir activamente en la lucha contra el cambio climático. Además, destacó el vínculo entre el bienestar de la naturaleza y la economía, citando que «us$ 44 mil millones de la generación de valor económico mundial» depende de manera moderada o alta de la naturaleza y sus servicios. Este vínculo se traduce en una oportunidad económica monumental, donde políticas inteligentes basadas en la naturaleza podrían aumentar el PBI mundial real en us$ 50.000-150.000 millones.
Una mirada hacia el futuro sugiere que las «resultados positivos para la naturaleza» pueden desbloquear nuevas oportunidades de negocio por valor de us$ 10.000 millones anuales y generar 395 millones de empleos hacia el 2030. Estas cifras subrayan la relevancia económica de adoptar un enfoque más verde y sostenible en el sector minero y más allá.
El compromiso con el medio ambiente y la regulación progresiva de la industria minera en Perú y a nivel global representan un equilibrio entre la explotación de recursos y la conservación de la naturaleza. La implementación de estándares internacionales como el TNFD y el TCFD, junto con el liderazgo de países en compromisos ambientales, demuestra un camino hacia el desarrollo sostenible. José Carlos De Piérola concluye que esta transformación requerirá una «transformación total energética a nivel global».