La minería ilegal en Perú: un problema que golpea al país

Altos precios internacionales aumentan la exportación ilegal del metal precioso.
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(Lima, Perú) La minería ilegal, una actividad que se desarrolla al margen de las leyes y regulaciones ambientales, se ha convertido en una problemática persistente en Perú, generando graves consecuencias sociales, económicas y ambientales.

EL ORO EN LA ECONOMÍA

La minería ilegal se ha convertido en una fuente de financiación para actividades ilícitas, lo que agrava los problemas de seguridad en el país. Carlos Gallardo, gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE), mencionó en una entrevista a RPP, que la minería aporta el 10% del PIB de Perú. Menciona también que el oro que exporta Perú es casi la mitad del total que exportan estos países juntos: Brasil, Colombia, Ecuador, Bolivia y Venezuela.

Además, añade que «el oro ilegal que exporta Perú es más que todo el oro legal que exportan estos países» lo que subraya la gravedad del problema y su escala. El volumen exportado de oro ilegal, según datos del IPE, alcanzó 77 toneladas el año pasado.

INVERSIÓN MINERA

Con respecto a las inversiones privadas formales en el sector minero, Gallardo menciona «Desde el 2008 al 2014 se concentraron las inversiones en el sector minero por alrededor de us$15 mil millones. Esperábamos ver esa dimensión de inversión en este boom de precios que se ve actualmente y no se está replicando esta situación» expresó. En el caso de la minería ilegal no existe ese problema, por el contrario, la inversión sigue creciendo al ritmo que crece el precio del oro.

IMPACTO SOCIAL

La minería ilegal está estrechamente relacionada con el crimen organizado transnacional, involucrándose en diversas actividades delictivas como, el contrabando, la trata de personas y la extorsión. Esta conexión con el crimen organizado no solo intensifica los problemas de seguridad en las regiones afectadas, sino que también complica los esfuerzos para erradicar la minería ilegal.

IMPACTO AMBIENTAL                                            

El uso indiscriminado de mercurio y cianuro contamina los suelos y cuerpos de agua, causando un impacto irreversible en los ecosistemas. La minería genera casi el 40% de las emisiones globales de mercurio. En los últimos 5 años se han deforestado 120 mil hectáreas en Brasil, Perú, Colombia y Ecuador, de acuerdo con los datos del IPE.