Lima. Tras semanas de deliberaciones, el Gobierno peruano ha promulgado la modificación de la Ley de Teletrabajo, impulsada por la congresista María del Carmen Alva y aprobada por el Congreso. Estas nuevas medidas tienen un impacto directo en la forma en que los trabajadores deben llevar a cabo sus labores diarias de manera remota, estableciendo nuevas normas y responsabilidades.
Principales modificaciones
La actualización de la Ley 31572, oficializada el 23 de julio en el diario Oficial El Peruano, introduce cambios en cinco artículos cruciales, los cuales entrarán en vigor dentro de 90 días. Estas modificaciones buscan reforzar la regulación del teletrabajo, aunque también generan nuevas obligaciones para los trabajadores.
1. No descuentos por fallos técnicos
El artículo 6, referente a los derechos del teletrabajador, ahora incluye una disposición que protege a los empleados de descuentos salariales debido a cortes de luz o falta de internet, siempre que estos problemas sean acreditados. Esto asegura que los trabajadores no sean penalizados por problemas fuera de su control.
2. Comunicación obligatoria de cambios de ubicación
El artículo 11 impone la obligación a los teletrabajadores de informar con cinco días de anticipación cualquier cambio en su lugar habitual de trabajo. Además, deben garantizar condiciones adecuadas para realizar su trabajo. Este cambio también requiere que los empleadores evalúen y mitiguen los riesgos laborales en el nuevo lugar, lo que puede representar un desafío logístico y administrativo tanto para trabajadores como para empleadores.
3. Gestión de documentación confidencial
El artículo 12 especifica que los contratos de teletrabajo deben incluir condiciones claras para el manejo y retiro de documentación confidencial, estableciendo responsabilidades específicas para los teletrabajadores. Esto incrementa las responsabilidades de los empleados en cuanto a la seguridad de la información, añadiendo una capa adicional de tareas administrativas.
4. Restricciones durante la jornada laboral
El artículo 21 introduce la medida más controvertida: prohíbe que los teletrabajadores abandonen su lugar de trabajo o realicen actividades particulares durante la jornada laboral, a menos que se justifiquen debidamente. La falta de justificación puede resultar en sanciones disciplinarias graves, incluyendo la reversión automática a la modalidad presencial. Esta restricción es vista por muchos como una limitación severa a la flexibilidad que caracteriza al teletrabajo.
«No presentar la justificación constituye una falta disciplinaria grave, siendo causal para el inicio de un procedimiento disciplinario y posterior sanción, según corresponda, la cual puede disponer la reversión automática de la modalidad de teletrabajo”, refiere la norma.
5. Obligaciones de seguridad y salud
El artículo 23 añade que los empleadores deben capacitar a los teletrabajadores sobre medidas de seguridad y salud, incluyendo la obligación de realizar pausas activas durante la jornada. Si bien estas pausas son beneficiosas para la salud, su implementación requiere una gestión cuidadosa para no interferir con la productividad.
Perspectivas y críticas
Estas modificaciones han generado un debate considerable. Por un lado, se reconoce que las nuevas regulaciones buscan proteger a los trabajadores y asegurar condiciones laborales justas. Por otro lado, las restricciones impuestas, especialmente la prohibición de actividades personales y la obligación de permanecer en el lugar de trabajo, han sido criticadas por ser demasiado rígidas y potencialmente perjudiciales para la flexibilidad y la salud mental de los teletrabajadores.