Lima, Perú. La industria cafetalera peruana se encuentra en un momento decisivo debido a las recientes normativas europeas que exigen la certificación de productos libres de deforestación, una medida que podría afectar significativamente a más del 50% de las exportaciones del café del país andino hacia el continente europeo. Estas leyes, que están programadas para ser implementadas en 2025, se centran en promover una agricultura sostenible y la conservación de los ecosistemas forestales.
El gerente de la Junta Nacional del Café, Lorenzo Castillo, ha manifestado su inquietud por la ausencia de un plan efectivo por parte del gobierno para adaptarse a estas exigencias. Durante una entrevista a RPP, Castillo resaltó que, a pesar de haber alertado y presentado propuestas al Gobierno peruano desde abril de 2023, aún no se ha formulado una estrategia definida para garantizar la conformidad del café peruano con los estándares europeos. Este vacío estratégico pone en riesgo la continuidad de las exportaciones a un mercado que constituye más de la mitad de las ventas internacionales del producto.
La principal barrera que enfrenta la industria cafetalera peruana es demostrar que el café se cultiva en áreas no comprometidas por la deforestación, un desafío que incluye superar dificultades legales y técnicas como la geolocalización de cultivos y la formalización de la propiedad de la tierra.
Este último aspecto ha sido especialmente problemático en el país, sin alcanzar aún una solución efectiva. Según Castillo, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) se encuentra en una encrucijada debido a diferencias internas sobre cómo abordar el asunto, lo que ha impedido avances hacia una solución legislativa adecuada.
La falta de un acuerdo sobre cómo enfrentar estos retos ha llevado a Castillo a criticar la simplificación del problema, donde se tiende a equiparar a los pequeños productores con los principales causantes de deforestación.
Resaltó la complejidad de la situación en la que muchos pequeños agricultores han mantenido prácticas de cultivo respetuosas con el medio ambiente durante décadas. La situación subraya la necesidad de un esfuerzo conjunto entre el gobierno, productores y otros actores relevantes para establecer un marco que no solo atienda las demandas internacionales sino que también fomente la protección ambiental y el sustento de cerca de 300.000 familias ligadas al cultivo de café y cacao en Perú.