Las acciones de WK Kellogg repuntaron 30% en la Bolsa de Valores de Nueva York tras el anuncio del acuerdo de compra por 3,100 millones de dólares por parte de Ferrero incentivando el negocio familiar italiano de dulces aún más valioso que el mercado estadounidense.
Las operaciones de compra/venta en el sector de snacks han cobrado impulso a medida que las marcas luchan contra la disminución de las ventas ante mayores costos de los insumos y el cambio en las preferencias de los consumidores que se muestran más saludables.
El acuerdo entre Ferrero y Kellog
Ferrero ofreció a los accionistas de WK Kellogg 23 dólares por acción, lo que representa una prima del 31% respecto al último cierre de la acción. Las acciones del fabricante de cereales subieron un 30.4%, situándose en 22.84 dólares, en las primeras operaciones del jueves.
El acuerdo, que constituye la mayor adquisición de Ferrero en los últimos años, reúne marcas tradicionales como Nutella, Kinder, Tic Tac, Frosted Flakes, Froot Loops y Special K bajo un mismo techo.
Controlada por el discreto multimillonario Giovanni Ferrero, la empresa de confitería ha estado en plena expansión para expandirse con mayor fuerza en Estados Unidos, centrándose en marcas que a menudo están en la mira de los reguladores sanitarios y las tendencias cambiantes de consumo. Recientemente, adquirió la heladería Bomb Pops en 2022.
Se espera que la transacción se cierre en la segunda mitad de 2025.
La adquisición de Ferrero representa una oportunidad «creíble» dada la estrategia plurianual de la compañía de expandir su presencia en Estados Unidos, de acuerdo con Robert Moskow, analista de TD Cowen.
El año pasado, Ferrero registró un incremento en las ventas cercano al 9% donde alcanzó los 18,400 millones de euros (21,600 millones de dólares). En 2018, la empresa de confitería compró el negocio de confitería estadounidense de Nestlé por 2,800 millones de dólares.
La adquisición por parte de Ferrero podría impulsar un negocio que ha tenido dificultades para crecer desde que Kellogg se dividió en dos, con el negocio de snacks rebautizado como Kellanova y las marcas de cereales bajo WK Kellogg.
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