Genomma Lab, fabricante de medicamentos OTC y productos dermocosméticos, anunció una inversión de 500 millones de pesos en gastos de capital para finales de 2025, cifra que representa una de las más altas.
«Nuestras prioridades de asignación de capital siguen centradas en reinvertir el exceso de rentabilidad y efectivo en el negocio principal, con 500 millones en gastos de capital proyectados para finales de 2025», dijo Marco Sparvieri, director general de Genomma Lab.
En conferencia con analistas, el directivo explicó que esta inversión pondrá en marcha la nueva línea de producción de Suerox, la planta de plásticos y la expansión del almacén central. Esperan que el gasto de capital incremento en la segunda mitad de 2025.
«El tercer y cuarto trimestres serán de alto gasto de capital, principalmente por la construcción del nuevo centro de distribución, el pago de la segunda línea de Suerox y la finalización de las adquisiciones necesarias para la planta de inyección de plásticos que estamos construyendo en San Cagetano», dijo.
Genomma Lab sube la apuesta
La inversión de Genomma Lab de este año representa un incremento de 119.7% comparado con el monto del año pasado que ascendió a 227.5 millones de pesos, de acuerdo con sus reportes financieros.
En 2023 las inversiones de la empresa ascendieron a 212.2 millones de pesos; un año antes se ubicaron en 256 millones de pesos; mientras que en 2021 fueron de 616 millones de pesos.
Las inversiones financiarán la puesta en marcha de la nueva línea de producción de Suerox, nuestra nueva planta de plásticos y la expansión del almacén central. La compañía planea mantener su dividendo anual de 800 millones en cuotas trimestrales y asignar el exceso de efectivo a recompras estratégicas para mejorar la rentabilidad total para los accionistas.
Al segundo trimestre del año, las ventas netas de Genomma Lab registraron un incremento de 0.5% a 4,676.4 millones de pesos, en tanto que el flujo operativo (EBITDA) subió 23.8%. En contraste, la utilidad neta de la compañía se vio impactada en 43.8% por ajustes contables hiperinflacionarios, tras la depreciación del peso argentino del 18.8%, sumada a una menor inflación.
Ahora lee: