La calificadora HR Ratings ratificó la nota de HR AA- con Perspectiva Estable para el Estado de Chiapas, impulsada por un nivel moderado de endeudamiento y la ausencia de deuda quirografaria, condición que se espera mantener en los próximos ejercicios fiscales.
Al cierre de 2024, el estado registró un aumento en el gasto corriente por mayores pagos en la nómina educativa y la adquisición de insumos médicos, lo que generó un déficit en el Balance Primario (BP) equivalente a 2.2% de los Ingresos Totales (IT).
Este déficit fue financiado parcialmente con la liquidez acumulada de años previos, lo que permitió evitar el uso de financiamiento de corto plazo.
Como resultado de la reducción en la liquidez, la Deuda Neta Ajustada (DNA) a Ingresos de Libre Disposición (ILD) aumentó de 14.4% en 2023 a 26.3% en 2024, superando el nivel de 19.6% previsto.
La Deuda Directa Ajustada (DDA) ascendió a 18,860.1 millones de pesos, integrada por 12,267.7 millones en deuda bancaria estructurada y 6,592.4 millones en certificados bursátiles (CHIACB 07 y CHIACB 07U). El Servicio de la Deuda (SD) a ILD fue de 4.5%, por debajo de 5.2% estimado.
Proyecciones y estabilidad futura en Chiapas
Para 2025, la entidad avanza en la reestructura total de su deuda bancaria de largo plazo, con beneficios esperados como una menor sobretasa, ampliación del plazo de amortización a 20 años y una reducción del SD a un promedio de 3.7% (contra 4.2% previo).
Se proyecta que la DNA a ILD se mantenga en un promedio de 27.2% entre 2025 y 2028, junto con un bajo nivel de pasivo circulante (8.3%).
En materia de balances, se estima un déficit de 0.4% en 2025 por un alto gasto de inversión en infraestructura, pero con tendencia hacia un superávit promedio de 0.7% entre 2026 y 2028 gracias al crecimiento de los ILD y la reducción del gasto en obra pública.
Factores ESG y riesgos
En el análisis de factores ESG, HR Ratings mantuvo una evaluación social limitada debido a los altos niveles de pobreza e informalidad laboral en la entidad, aunque con mejoras recientes. El factor de gobernanza se mantiene como promedio y el ambiental también en promedio, destacando menor estrés hídrico pero rezagos en disposición de residuos sólidos.
La calificación podría mejorar si la DNA a ILD baja por debajo de 16% gracias a mayores, ingresos; sin embargo, podría verse presionada si el estado adquiere nueva deuda o si este indicador supera el 38%, acompañado de un aumento significativo en el pasivo circulante.
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