Banxico aplica recorte de 25 p.b. a la tasa de referencia por segundo mes consecutivo

El ajuste se da por segundo mes consecutivo gracias al retroceso de la inflación y a una flexibilización de la política monetaria en los principales bancos centrales del mundo.
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Este jueves, la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) decidió disminuir en 25 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 10.50%.

Esto debido a que durante el tercer trimestre de 2024, el crecimiento de la actividad económica mundial se mantuvo en niveles similares a los del trimestre anterior, aunque con diferencias marcadas entre las principales economías.

En países avanzados, la inflación general se encuentra más cerca de las metas de sus respectivos bancos centrales, lo que ha propiciado una serie de ajustes en la política monetaria. La Reserva Federal, por ejemplo, redujo su tasa de referencia en 50 puntos base, mientras que otros bancos centrales optaron por ajustes menores o por mantener sus tasas sin cambios.

«Desde la decisión de política monetaria previa, el peso mexicano continuó exhibiendo una marcada volatilidad. La curva de rendimientos de valores gubernamentales presentó movimientos a la baja, sobre todo en los plazos cortos», dijo Banxico en su comunicado. Asimismo, señaló que l actividad productiva nacional atraviesa por un periodo de debilidad, en un contexto de elevada incertidumbre por factores externos e internos.

En el mercado laboral, el empleo se ha desacelerado. El balance de riesgos para la actividad económica se mantiene sesgado a la baja

COYUNTURA ECONÓMICA

En el ámbito local, la economía mexicana se enfrenta a un entorno de debilidad, en un contexto de elevada incertidumbre derivada tanto de factores externos como internos. El empleo, que hasta hace poco mostraba signos de recuperación, ha comenzado a desacelerarse, lo que refuerza un panorama de riesgos para la actividad económica que sigue sesgado a la baja.

Por su parte, el peso mexicano ha presentado episodios de marcada volatilidad, reflejando la incertidumbre en los mercados internacionales y los ajustes en la política monetaria de los principales bancos centrales. La curva de rendimientos de valores gubernamentales en México también mostró movimientos a la baja, principalmente en los plazos cortos, lo que sugiere un ajuste en las expectativas del mercado ante un contexto de desaceleración económica.

Un aspecto central de la decisión de Banxico es la dinámica de la inflación. La inflación general anual pasó de 5.57% en julio a 4.66% en la primera quincena de septiembre, impulsada por una reversión de los choques de oferta que anteriormente afectaban al componente no subyacente. De igual forma, la inflación subyacente —indicador que excluye productos con alta volatilidad de precios como energía y alimentos— se situó en 3.95% en la primera quincena de septiembre, manteniendo una tendencia a la baja.

A pesar de estas señales alarmantes, las expectativas de inflación general para el cierre de 2024 han aumentado. No obstante, las expectativas de inflación subyacente disminuirán, lo cual podría indicar que los choques de oferta temporales están cediendo. Para el horizonte de mediano y largo plazo, las previsiones se mantienen relativamente estables, aunque todavía por encima de la meta oficial de Banxico, que es del 3% anual.

Banxico señala que, aunque se espera que la inflación general converja a su objetivo hacia el cuarto trimestre de 2025, este pronóstico está sujeto a diversos riesgos. Entre los factores que podrían presionar alza la inflación destacan:

  1. Una mayor persistencia de la inflación subyacente.
  2. Una posible depreciación adicional del peso mexicano.
  3. Presiones de costos más pronunciadas, derivadas de factores externos.
  4. Afectaciones climáticas que impactan los precios de los productos agrícolas.
  5. Un escalamiento de los conflictos geopolíticos que afectan el comercio global.

Por otro lado, existen factores que podrían favorecer una disminución de la inflación, como una actividad económica menor a la anticipada, un traspaso más bajo de las presiones de costos hacia los precios finales y un menor efecto de la depreciación del peso sobre la inflación.

POLÍTICA MONETARIA

El panorama inflacionario de México ha mejorado, gracias a la disminución de los choques ocasionados por la pandemia y la guerra en Ucrania. Sin embargo, Banxico enfrenta un delicado equilibrio entre apoyar la recuperación económica y contener las presiones inflacionarias que aún persisten. Mantener la tasa de referencia sin cambios sugiere un enfoque prudente, a la espera de un entorno más claro para ajustar la política monetaria en función de la evolución de la economía.

Con la estabilidad de la inflación subyacente y la mejora en las expectativas de largo plazo, Banxico podría mantener su postura actual en las próximas decisiones, siempre y cuando no se materialicen riesgos adicionales que pongan en peligro la trayectoria prevista de la inflación.